lunes, 26 de septiembre de 2016

Telxínoe: Alberto Breccia (1919 - 1923)

Alberto Breccia (Montevideo, 15 de abril de 1919 - Buenos Aires, 10 de noviembre de 1993) fue uno de los historietistas íconos de la historieta mundial;  nacido en Uruguay desarrolló toda su carrera en Argentina. Sus obras más representativas fueron Sherlock Time, Ernie Pike, Mort Cinder y una adaptación de El Eternauta, todas con guiones de Hector Germán Oesterheld, creo personajes como Perramus de Juan Sasturain y Un tal Daneri de Carlos Trillo. Llevó a la historieta cuentos de distintos autores como: Edgar Alan Poe, H. P. Lovecraft, Ernesto Sábato y Horacio Quiroga entre otros. Se le considera uno de los mayores representantes de la historieta argentina y mundial.



El Eternauta
Mort Cinder



Perramus
 
Un tal Daneri
 
El Corazón Delator

Fuente:



sábado, 24 de septiembre de 2016

Reflexiones sobre la Burocracia Mecánica

La Clase Obrera va al Paraíso, es una importantes película italiana de la década del 70, dirigida por Elio Petri, donde se reflejan los conflictos laborales y sociales existentes en la sociedad milanesa de la época. La película transcurre en una fábrica en la que Ludovico Massa (interpretado por el actor Gian María Volonte), más conocido por sus compañeros como Lul, es un ejemplar operario metalúrgico que impone un frenético ritmo productivo en la fábrica trabajando en turnos de destajo, lo que le hace ser odiado por sus compañeros al forzarles a igualar su ritmo.

Se presentan a continuación dos trailers de la película:

a) Parte 1 



b) Parte 2





Realice la siguiente actividad, en el foro habilitado a tal efecto en el (CAT - Curso de Apoyo Tecnológico), donde expresarán la características más importantes que pudieron identificar de las burocracias mecánicas (partes de la organización, los parámetros de diseño más destacados, características del mecanismo de coordinación, algunas de las cuestiones asociadas). Actividad vigente para el 2 Cuatrimestre de 2016.



jueves, 22 de septiembre de 2016

Una mala persona no llega nunca a ser un buen profesional



El siguiente es un reportaje a Howad Gardner, prominente neurocientífico y psicólogo de Harvard; autor de la teoría de las inteligencias múltiples, que nos ha acercado Natalia Torres.

Leemos en el artículo:

“Aprender es el único antídoto contra la vejez y yo lo tomo cada día en Harvard con mis alumnos. Es tonto clasificar a los humanos en listos y tontos, porque cada uno de nosotros es único e inclasificable. Puedes vivir sin filosofía, pero peor. Soy flamante honoris causa en Pedagogía por la Ramon Llull”.

Por qué cuestiona que la inteligencia es lo que miden los tests?

Porque yo soy un científico y hago experimentos y, cuando mido la inteligencia de las personas, descubro que algunas son muy buenas solucionando problemas pero malas explicándolos. Y a otras les pasa lo contrario.

¿Y si hay personas diversas es porque también tiene que haber diversos talentos?

Por eso he dedicado 400 páginas a describir siete tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal.

¿Y por qué no muchas más: la culinaria o la mística o la teatral o la ecológica?

Porque no cumplen los requisitos que sí cumplen esas. Y espero acabar demostrando que además hay una inteligencia naturalista, otra pedagógica y otra existencial para plantearnos preguntas trascendentes. Pero no más.

Hoy los colegios ya plantean sus programas según esas inteligencias múltiples.

Y yo no me dirigía a los pedagogos, pero fueron ellos los primeros que adoptaron mis teorías.

Tipos de inteligencia

Hay siete tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal

¿Por qué?

Porque comprobaban cada día en las aulas que las categorías de tonto o listo no cubren la diversidad del talento humano. Y, por tanto, que los tests de inteligencia no miden realmente nuestras capacidades, sino sólo la de resolverlos.

Su teoría, además, era cómoda para consolar a niños con malas notas y a sus papás.

Se abusó de ella al principio porque no se comprendió bien. En Australia, la administración la manipuló para explicar que había grupos étnicos que tenían inteligencias diferentes de otros.

¡Qué peligro!

En ese punto, empecé también a preguntarme por la ética de la inteligencia y por qué personas consideradas triunfadoras y geniales en la política, las finanzas, la ciencia, la medicina u otros campos hacían cosas malas para todos y, a menudo, ni siquiera buenas para ellas mismas.

Esa ya es una pregunta filosófica.

Pero yo soy un científico e inicié un experimento en Harvard, el Goodwork Project, para el que entrevisté a más de 1.200 individuos.

¿Por qué hay excelentes profesionales que son malas personas?

Descubrimos que no los hay. En realidad, las malas personas no puedan ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes.

A mí se me ocurren algunas excepciones...

Lo que hemos comprobado es que los mejores profesionales son siempre ECE: excelentes, comprometidos y éticos.

¿No puedes ser excelente como profesional pero un mal bicho como persona?

No, porque no alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición o tu avaricia. Si no te comprometes, por tanto, con objetivos que van más allá de tus necesidades para servir las de todos. Y eso exige ética.

Para hacerte rico, a menudo estorba.

Pero sin principios éticos puedes llegar a ser rico, sí, o técnicamente bueno, pero no excelente.

Resulta tranquilizador saberlo.

Hoy no tanto, porque también hemos descubierto que los jóvenes aceptan la necesidad de ética, pero no al iniciar la carrera, porque creen que sin dar codazos no triunfarán. Ven la ética como el lujo de quienes ya han logrado el éxito.

“Señor, hazme casto, pero no ahora”.

Como san Agustín, en efecto. Otra mirada estrecha lleva a estudiantes y profesionales comodones a ser lo que consideramos inerciales, es decir, a dejarse llevar por la inercia social e ir a la universidad, porque es lo que toca tras la secundaria; y a trabajar, porque es lo que toca tras la universidad..., pero sin darlo todo nunca.

Sin ilusión, la vida se queda en obligación.

Y otros son transaccional es: en clase cumplen lo mínimo y sólo estudian por el título; y después en su trabajo cumplen lo justo por el sueldo, pero sin interesarse de verdad limitan su interés y dedicación. Y son mediocres en todo.

¿No descubren algún día de su vida algo que les interese realmente?

Algunos no, y es uno de los motivos de las grandes crisis de la madurez, cuando se dan cuenta de que no hay una segunda juventud. Otra causa es la falta de estudios humanísticos: Filosofía, Literatura, Historia del Pensamiento...

¡Qué alegría! Alguien las cree necesarias...

Puedes vivir sin filosofía, pero peor. En un experimento con ingenieros del MIT descubrimos que quienes no habían estudiado humanidades, cuando llegaban a los 40 y 50, eran más propensos a sufrir crisis y depresiones.

¿Por qué?

Porque las ingenierías y estudios tecnológicos acaban dándote una sensación de control sobre tu vida en el fondo irreal: sólo te concentras en lo que tiene solución y en las preguntas con respuesta. Y durante años las hallas. Pero, cuando con la madurez descubres que en realidad es imposible controlarlo todo, te desorientas.

¿En qué país influyó más su teoría de las inteligencias múltiples?

En China editaron cientos de títulos sobre inteligencias, pero las entendieron a su modo: querían que su hijo único fuera el mejor en todas.

Pues no se trata exactamente de eso.

Cada sociedad y persona entiende lo que quiere entender. Cuanto mayor te haces, más difícil es adaptar tu vida a un descubrimiento y más fácil adaptar el descubrimiento a lo que ya creías que era la vida. Por eso, voy a clase a desaprender de mí y aprender de los jóvenes.






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